lunes, 11 de octubre de 2010

Jose Miel no es la causa del trauma

Segunda entrada actualizada de La Alpujarra (comunidad inactiva).

He estado haciendo algunas investigaciones, gracias al término "pateta" que un amigo mencionó como parte del Gato con Botas, pero que resultaron ser del Gato Bandido (a.k.a. Michín). Según mi amigo, se iba a volver pateta ya que según su versión del cuento, el gato dijo: "voy a volverme pateta, y el que conmigo se meta, a la mierda se irá". La versión original dice: "y al que impedirlo se meta en el acto morirá", pero su versión me pareció más actual (a excepción del pateta que no lo había yo escuchado previamente). El cuento incluye otras palabras como gazuza, con lo cual creo que hace rato dejaron de ser cuentos infantiles populares y pasaron a hacer parte de estudios filológicos avanzados. Pero este no es el tema.

En muchos artículos y discusiones, se hacen comentarios sobre el origen de los traumas de nuestra generación, atribuidos a ese dibujo animado ochentero llamado José Miel. Este individuo es una abeja (zángano para ser más precisos) y la trama de la historia es la eterna búsqueda de su mamá, la cual fallece cuando José Miel la encuentra. La historia nos deleitaba con insectos amigos de José Miel que morían a manos de la Mantis o de alguna araña que los encontraba mal parados. 

Gracias a un equipo de especialistas altamente capacitados del Alpujarrean Coprolexic Institute conformado por mi, descubrí que José Miel es colombiano y su autor es Rafael Pombo (o la fuente de inspiración).Revisando este cuento infantil, di con la lectura de Rin Rin Renacuajo y de Mirringa Mirronga, junto con el ya mencionado Michín. Todos escritos por el mencionado autor, y con mayor índice de trajedia que José Miel. 
Empecemos por el más famoso: Rin Rin Renacuajo muy tieso y muy majo, se va a una comilona a casa de un amigo roedor, que termina en una masacre perpetrada por unos gatos sanguinarios que hacen ver inocentes hasta al khmer rouge, del cual sale desplazado don renacuajo para terminar siendo engullido por un pato. 

Continuamos con el felino pateta. Michín empieza por robarle a su propio progenitor, pistola y dagas (quién sabe en que torcidos andaba el papá de Michín, pero por lo menos sabemos lo importante del ejemplo en casa para los hijos). Siendo hijo de criminal, pues Michín se va al monte y a hacer sus fechorías (textualmente "a robar y matar gente"). Podriamos encontrar una explicación sociológica de los movimientos guerrilleros en este cuento popular en instituciones educativas colombianas. Vete al monte, roba y mata gente nos dice un cuento infantil, y luego dicen que solo la TV deforma.Continúa el cuento con que le echa plomo a un gallo. Luego se encarama a robar por la "gazuza" a una lechuza. Unos días después se mete en malas compañías con un perro (aca las mujeres dicen: claro! es que todos los perros son bandidos y cínicos... y otros cuantos adjetivos similares). Haciendo un ejercicio contable fallido, el perro agarra un garrote y se lo socorre en la mula al pobre gato, el cual queda inconsciente y por supuesto el perro le tumba el poco dinero que llevaba. Al recuperar el sentido se da cuenta que quedó manco, impedido, tuerto, hambriento y sin plata. Como quien dice que es peor quedarse sin plata o estar con hambre que perder un ojo o una extremidad según el señor Pombo. De ahí el cuento termina en que Michín regresa a casa achicopalado (del verbo achicopalar) diciendole a su madre (la de Michín) que no importa que lo agarre a palos desde que le de comida. (Maltrato infantil explícito).

Mirringa Mirronga la gata candonga es la que sale mejor librada, pues después de armar una orgipiñata en su casa en compañía de unos gatos (no unos cualquiera sino "otros felinos"), solo le meten una tunda memorable por abusiva (la casa no era de ella. Ella era la mascota de la casa) al ser encontrada por doña Engracia (no se sabe quien es, pero debe ser la coima o la propietaria del establecimiento). En fin, de nuevo resolviendo los conflictos a golpes.

Hasta aquí los resúmenes. 

José Miel es como el primer cuento inocente de Rafael Pombo, antes que incursionara en la narración "snuff" con asesinatos, robos, mutilaciones y demás atrocidades. Lo más aterrador es que ha sido el cuentista infantil colombiano por excelencia. Deberían es censurarlo por violencia explícita, pero parece mas bien que se acogió a la Ley de Justicia y Paz y antes salió premiado y reconocido socialmente.Imagínense el cuadro de una amorosa madre, contándole un cuento de estos a su pequeño hijo para que se duerma. Si el retoño llega a tener el infortunio de tener un gato, mínimo tiene pesadillas que lo agarra a zarpazos o se le alborota la imaginación y le sale el gato mochacabezas con una motosierra que haría palidecer al Sr. Mancuso.

Los antropólogos y sociólogos deberían darse cuenta de lo obvio y ver que en nuestros cuentos infantiles es que se incuba la violencia que asola a nuestro país desde hace rato. Si Rafael Pombo nace en Bogotá en 1833, mínimo llevamos 150 años de adoctrinamiento en el arte de la violencia.Ahi le queda de tarea a los padres de familia, educadores, legisladores y sicólogos, el tratar de erradicar desde ahora esta influencia maligna que ha echado raíces y frutos en nuestro pueblo. Censura a Rafael Pombo y sus secuaces sanguinarios; tratamiento psicológico a los pequeños horrorizados que piensan que los hechos de eso cuentos que salen de labios de sus padres o maestros son de lo más normal; y tratamiento masivo de conciencia colectiva a ver si dejamos de mandar michines al monte a robar y matar impunemente, logrando reinsertarlos en la sociedad civil con un castigo ejemplar que no sea solo darles con un palo.


Bonus track:


Publiqué este video en el wall de FB de un amigo que vive en Argentina. Una de sus amigas, madre de familia Argentina lo compartió con su hijo, y este le preguntó si mal no recuerdo algo como: "Por qué el perezoso lanzó de cabeza a la iguana?". A lo que ella respondió: "No sé, debe ser por tomar café que los torna violentos". Estas rondas infantiles también deberían ser objeto de censura.

"Hasta el viejo hospital de los muñecos
llego el pobre Pinocho malherido,
un cruel espantapájaros bandido
lo sorprendió durmiendo y lo atacó 
Llegó con su nariz hecha pedazos
una pierna en tres partes astillada
una lesión interna y delicada
que el médico de guardia lo atendió"

No hay comentarios:

Publicar un comentario