Este es un refrito actualizado de un artículo que publiqué hace varios años en La Alpujarra (inactiva en la actualidad).
Para empezar, yo veía novelas. Pero las veía en mi infancia cuando no había de otra, gracias a que solo había tres canales de televisión, y creo me entretenía, no lo voy a negar. Los Cuervos, San Tropel y Calamar (entre otros), fueron parte del selecto grupo los cuales no recuerdo si venían antes o después del comercial de "hora es ya de acostarse, vamonos a descansar... blah blah" el cual tenía tan sincronizado que podía cambiar de canal antes de que empezara y volver a cambiar el canal después que terminara sin que se cruzara con el que pasaban los otros dos canales.
Bueno, entrando en el tema, mi aversión empezó hacia la televisión en general cuando estaba prestando servicio militar. Ya disponiamos en la casa de supercable, pero en las esporádicas salidas a visitar a mi familia, un día por la tarde me quedé solo en la casa y me encontré viendo un programa perrato (tan perrato que ni me acuerdo cual fué mi salvador), entrándome un desasosiego mezclado con depresión al pensar "Qué carajos hago yo perdiendo mi poco tiempo disponible por fuera del batallón viendo televisión?". Vaya y venga que en ese tiempo existiera Internet y dedicara mi tiempo a FB u otros, pero NO, no todos tuvimos tal privilegio en su momento.Esa fué la primera parte.
Ahora viene el segundo "condimento" del artículo: La telenovela CAFÉ. Todo un hit en Colombia.
Estando yo en la salida del ejército cuando prestaba el servicio militar, adoraba salir a manejar a la hora que la pasaban, pues las calles estaban vacías. Aprovechaba a llamar a mis amigos, pues sabía que a esa hora nadie mas llamaba por teléfono. Obviamente me cortaban rapidito y asumo que me gané mas de un madrazo post-llamada, pero nunca me ha gustado hablar mucho por teléfono así que mi felicidad era doble... pero me intrigaba qué podía secarle el seso a tanta gente al mismo tiempo.
Me vi 3 capítulos incompletos (no aguanté terminarme ninguno), los cuales resumo brevemente a continuación:1er capítulo: Estaba la señorita Gaviota dejando de ser señorita en un matorral con su galán de turno. 2do Capítulo: La ex señorita Gaviota estaba siendo deportada de España por participar en una red de prostitución. (si era o no era no me consta ni me interesa). 3er capítulo: La doctora Gaviota es gerente de una multinacional de exportación de Café Colombiano. (Con razón tenemos tan mala fama en el exterior, y como decía otro personaje televisivo: "En este país le dicen doctor a cualquier hp, si o no doctor?"). Eso fué demasiado para mí sobre la telenovela que batió record de audiencia a nivel nacional.
No estoy en contra de la movilidad social, pues no creo que haya familia que se salve, pero de ahi a que los capítulos que acabo de resumir sean coherentes hay demasiaaado trecho. Eso es perder demasiado el tiempo, que mejor podrían usarlo en ver como les crecen las cejas y las pestañas.Lo malo es que son contagiosas. Tuve la sorpresa de ver una parte de un programa en ruso que pensé que era una novela latinoamericana traducida. Pues no, era una típica novela latinoamericana, pero hecha por rusos (los de Rusia, no los de las obras).
Después vino Betty la Fea que hasta muñeca, álbum y serie animada tuvo. Tuve otra experiencia traumática, luego de vivir un año en otro país, para encontrarme con que todos mencionaban la "hablaTA y la gozaTA" de una horda de descerebrados que se creían chistosísimos (a.k.a. charrísimos) narrando los chascarrillos de Los Reyes, que aunque solo padecí 2 capítulos incompletos me parece mas traída de los cabellos que la trama de Café. Llegué a pensar que El General se había puesto de moda nuevamente. Un suceso afortunado es que ya dejaron de decir y saludar cuando uno salía del país, con sonrisa de oreja a oreja "Hola Escamoso!". Admito que prefiero que me digan eso a que me digan: "Colombiano, Cocaína", pero también es cierto que preferiría muchos otros adjetivos y sobrenombres con que relacionaran el país.
El artículo se llama ¿Por qué no veo telenovelas?, pero aparte de decirles el por qué también les he compartido el por qué no me gustan las telenovelas. Y después de regresar al país el motivo principal de por qué no me gustan las telenovelas, es que la gente actúa en su cotidianidad como si viviera en una novela. Les ennumero algunos que he vivido cuando manejaba personal en el restaurante:
1. El chismorreo es incesante.
2. Todos tienen una antagonista en su lugar de trabajo, que las malas de las novelas parecen querubínes en comparación.
3. Las intrigas son más rebuscadas que la que se pueda imaginar cualquier libretista que casa al nieto con la abuela, después de demostrar que no había parentesco y la diferencia de edad se justifica por un salto en el espacio-tiempo.
4. Hacen cara de madre, sufren y se quejan, pero al momento de enfrentar la realidad, resulta que el problemonón es que me miró feo o le tengo envidia porque es menos gorda que yo.
Creo firmemente en que buena parte de los problemas sociales que vivimos son fomentados por este tipo de programas, junto a la negación de la gente de aceptar que sus vidas sean comunes y corrientes. De donde sale tanta envidia de la mala y mezquindad? Por qué hay gente que no puede ver a otro contento sin amargarse el rato? Miran un clásico culebrón mexicano y los comportamientos no distarán mucho de su entorno. La trama con los hacendados Fuenpuentevillamayor y la zarrapastrosa protagonista que ni apellido tiene porque para eso tienen de sobra los otros, de pronto no sea usual, pero sí la forma como mucha gente se comporta es un espejo de el comportamiento social de dichos personajes. Y ni se hable de la nueva ola de narco-novelas, que en una columna reciente de El Tiempo (el segundo mejor pasquín de Colombia como diría un profesor del colegio) decía que era inevitable el auge de estas series por ser el reflejo de la sociedad. Infortunadamente creo que aparte de un reflejo, son un replicador de malos modelos glorificados (la muerte del capítulo final no compensa los demás meses de la vida feliz y pícara del protagonista).
Como quien dice, aguante que esto va pa´ largo.
Anhelo el día en que terminen las telenovelas antes que se sigan propagando por el mundo.
"¡Maldita TV! ¡Arruinó mi imaginación y mi habilidad para umm... bueno... uh... tu sabes.” Bart Simpson