lunes, 8 de noviembre de 2010

Reflexiones sobre la sabiduría

No recuerdo que en mi educación escolar o familiar, alguien me hablara sobre la importancia de buscar la sabiduría.

Casi todas las culturas han tratado de establecer caminos para llegar a ser un hombre sabio, pero hoy en día la meta no es ser sabio. La meta es ser exitoso, demostrando resultados (laborales, amorosos, sexuales, corporales, financieros, etc.) pero no en cultivar la sabiduría.

Dice la enciclopedia Larousse: “Sabiduría: Posesión de profundos conocimientos sobre determinadas materias.// Capacidad de pensar o juzgar con prudencia y equidad…”

Dice Wikipedia: "La sabiduría es una habilidad que se desarrolla con la aplicación de la inteligencia en la experiencia, obteniendo conclusiones que nos dan un mayor entendimiento, que a su vez nos capacitan para reflexionar, sacando conclusiones que nos dan discernimiento de la verdad, lo bueno y lo malo. La sabiduría y la moral se interrelacionan dando como resultado un individuo que actúa con buen juicio. Algunas veces se toma el concepto de sabiduría como una forma especialmente bien desarrollada de sentido común.
En la Sabiduría se destaca el juicio sano basado en conocimiento y entendimiento; la aptitud de valerse del conocimiento con éxito, y el entendimiento para resolver problemas, evitar o impedir peligros, alcanzar ciertas metas, o aconsejar a otros. Es lo opuesto a la tontedad, la estupidez y la locura, y a menudo se contrasta con éstas.”

La velocidad de información actual, nos está transformando en devoradores de datos indigestos, pues no nos damos el tiempo de procesarlos y el mundo va imponiendo que se emitan juicios basados en la limitada y muchas veces sesgada información recibida, juicios mayormente intuitivos mas no razonados.

Hay un círculo vicioso que cada vez se cierra más y aprieta y asfixia. “No tengo tiempo”. Todos tenemos la misma cantidad de tiempo diario, pero tenemos distintas prioridades y ocupaciones. Pero es este culto al tiempo bien aprovechado que no permite sacarle el provecho necesario a nuestras vidas. Veamos dos características:

Velocidad: Hay que llegar lo mas pronto posible de A a B. Puede ser de la casa al trabajo, de un problema a una solución para enfrentar el siguiente problema, tratar de saltar de 1ra a 4ta base para recibir gratificación (placer) cuanto antes, etc.

Eficiencia: Cuántas labores logras realizar en esas 24 horas. Trabajo, cursos varios, desayunar cereal o batido, almorzar hamburguesa, cenar pizza o un plato congelado del supermercado. Estar conectados 24/7 y enviar y recibir mensajes o leer noticias aún cuando estás en el baño, ejercitarse mínimo 30 minutos diarios lo cual puedes hacer matando 2 pájaros de un tiro jugando con tus hijos , paseando al perro, o tratando de llegar rápido de A a B.

Estas reflexiones nacieron en una reunión de una junta asesora de la que soy parte, pues me sorprendió que las personas encargadas de liderar la organización, no pudieran darse el lujo de reflexionar y establecer estrategias de crecimiento y desarrollo a mediano y largo plazo. Se veían forzados a mostrar resultados cuando antes, pues la sociedad no premia al previsor que sienta bases, sino a la llama que arde con toda su intensidad para dejar a continuación cenizas y oscuridad.

En este boom de velocidad hemos dejado a un lado los ancianos y lo que representan, para tratar de buscar soluciones instantáneas en videos y libros de autoayuda de letra grande, surtidos dibujos y pocas hojas. Videos y libros de “iluminados” que te recetan secretos milenarios ocultos por logias y sectas, o producto de viajes reveladores o meditaciones hechas en un par de profundos meses. Lo queremos ya! Hoy mismo!La autoayuda, el crecimiento espiritual y el autoconocimiento son procesos largos (vitalicios) que demandan reflexión y autocrítica constante. Hay que saber diferenciar placer y bienestar.

Comerse un helado pude brindar placer, pero el placer es una recompensa de corto efecto. Sexo, drogas, vicios en general… te dan placer, pero si se vuelve una gratificación asidua, cada vez es menos placentero y puede llegar al extremo de hostigarte y causarte repulsión, o simplemente dejar de brindarte placer.

Bienestar es un estado. Bien-estar. Es un flujo constante y mas homogéneo, sin picos y valles dramáticos. Al parecer está fuertemente ligado a la compasión, empatía, misericordia y perdón entre otros. Podría considerarse una felicidad constante no eufórica.

Creo que un buen componente de la sabiduría sería el poder identificarnos en los demás, sin tener que justificarlos en este empeño.

Qué percibo? Que la sociedad en la que vivo anda en una carrera por vivir en estado de gratificación placentera constante y ha enfilado todas sus baterías a este propósito inalcanzable. Voy a sonar mojigato. El placer es egoísta, y es en esta carrera egoísta que no nos importa que el resto se vaya al demonio.

No hay sabiduría es este estilo de vida. Carece de sentido común y buen discernimiento, pues si el mundo se va al demonio, yo estoy dentro de ese mundo. Pueden decir que me fui al demonio pero la pasé bueno. El inconveniente es que si todos actúan bajo esta premisa lo mas seguro es que nadie lo pase bueno.

El sentido común nos diría que si tomamos alcohol y nos ponemos eufóricos, pues deberíamos tomar alcohol con mas asiduidad. Al tomar recurrentemente generamos tolerancia y requerimos mas alcohol para lograr la misma euforia, pero vemos que a medida que aumentamos la dosis, el efecto residual de malestar también aumenta. El sentido común nos diría entonces que dejemos de buscar esa euforia en el alcohol porque es insostenible, pero la evidencia muestra lo contrario. Hay algo en el placer que nos desconecta del sentido común y la capacidad de razonar apropiadamente.

También me gustaría preguntarle a alguien sabio cómo enfrentar la siguiente situación:

Quiero hacer una buena acción hoy. Salgo y hay tráfico, la ciudad es caótica, me roban la billetera en el bus, tratan de estafarme, abusan de mi confianza o tratan de sacar provecho de mi infortunio, me muerde un perro que su dueño lleva sin bozal, me golpea un motociclista que va por el andén en contravía al sentido de la calle y me madrea por no fijarme que venía…Yo se que soy el que decido si me dejo afectar o no. Pero si esta escena se repite casi a diario, y tratar de realizar esa buena acción se convierte en un calvario… cómo debo afrontar esta situación? Cómo volverlo bienestar sin tener que renunciar a este entorno sin creer en que las penurias que viva en el presente me serán recompensadas en un futuro?

De pronto es por esto que se asocia la figura del sabio con la del hermitaño, pues es muy difícil lograr paz interior conviviendo en sociedad?

En el antiguo testamento hay un libro de la sabiduría (y es uno de los dones del espíritu santo). Los griegos representaban la sabiduría con los atributos de Minerva. Los budistas meditan y buscan la iluminación. En el Islam creo que un hombre virtuoso y sabio ha logrado amalgamar su vida a los dictámenes de El Corán, algunas culturas indígenas escogen personas desde su infancia para que asuman el rol de sabio en sus comunidades, otros simplemente ven en los ancianos a los sabios de la tribu.

Ninguno de los ejemplos de sabiduría interculturales que he encontrado destaca a una persona beligerante, egoísta, megalómana o hedonista como sabia.

Por qué nuestra sociedad ha dejado a un lado esta búsqueda y se le brinda mayor reconocimiento a celebridades?  Quizá porque la mayoría de la población cree que la vida trata del contínuo disfrute eufórico de  placeres, y estas personas lo representan. 

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