domingo, 24 de abril de 2011

Bitácora UK 1


Es una descripción que suena cursi, pero es la mejor descripción que he podido darle. La magia aparece en la vida cuando uno sale a buscarla, así no sea conscientemente.

Ya voy para 3 semanas en Reino Unido, y aparte de lo que escribí sobre mi experiencia con la comida kosher del avión, este viaje se sentía muy normal. Mejor dicho anormal, pues no estaba presente esa sensación de novedad y fascinación que suele acompañarme en un viaje. Me sentía como llegando a un lugar que ya no depara sorpresas, sino tranquilidad y previsibilidad. Llegar a una oficina a empezar un nuevo trabajo tampoco fue algo fuera de lo común y en sí fue un poco tedioso pues tenía que ver varios tutoriales para aprender a manejar los programas sobre los cuales se centra buena parte de mi trabajo diario.

El primer plan inusual, fue reencontrarme con un compañero de colegio al que no veía hacía 15 años mas o menos. Lleva viviendo en UK muchos años y sigue hablando español tal como lo recordaba, sin acentos raros y sin mezclar muchas palabras en inglés en su conversación. No se por qué, pero es reconfortante saber que está acá, y pues por supuesto que siempre es divertido acordarse de personas y anécdotas que a veces se olvidan.

Otra noche mi jefe nos invitó a un restaurante en Camden Town, llamado Shaka Zulu y de nuevo volvió la sorpresa. Es un restaurante Surafricano, pero su decoración es impresionante. Creo que luego de años y años de asociar Africa con pobreza, ayuda considerablemente al efecto que causa la suntuosidad del lugar y rompe de tajo con ese paradigma al mostrar la riqueza que puede llegar a representar Africa. Hay tallas en madera de piso a techo, paredes completamente adornadas con conchas, no hay un centímetro que no haya sido decorado al detalle… en fin. Hay unas fotos en el siguiente hipervínculo, pero al igual que estas escuetas palabras, tampoco alcanzan a reflejar lo que se experimenta al entrar ahí.


Sin riesgo de equivocarme, es el restaurante mas impactante en el que he estado. La comida no descresta, pero definitivamente es un lugar al que llevaría a cualquier persona de tener la oportunidad.
También me di el lujo, sin ser un fanático del fútbol, de acompañar a mis compañeros de trabajo a un partido Brasil – Escocia. Ver a los Escoceses vestir con orgullo sus trajes típicos fue muy interesante, pero vivir el ambiente del lado brasilero no tiene comparación. Irradian pasión con energía y alegría. Había una banda que no dejo de tocar en ningún momento animando a las personas, y que por supuesto el triunfo de Brasil ayudó a mejorar aún más el ambiente.



El fin de semana pasado fui a Bath, en donde quedaban los baños romanos. Me sigue maravillando todo lo que podían construir hace 2 mil años, así como la posibilidad que cualquier ciudad por desarrollada que sea, con el paso del tiempo desaparezca y pueda quedar enterrada en el olvido.
Hay unas fotos mías en el jardín botánico de Bath y en los baños romanos. Es en este paseo a este pueblito donde volví a sentirme viajero.


Y es de esto de lo que mas quería escribir. El fondo de esta página dice que el mundo es un libro y aquel que se queda en casa, solo lee una página. Puede gustarle a uno mucho su ciudad, pero creo que se pierde de mucho si no se da la oportunidad de ir a otros lugares mas cálidos o mas fríos, con mas naturaleza o mas construcciones, mas ricas o mas pobres (en distintos aspectos, no solo el económico), sus culturas, las personas que encuentras, su comida, etc.

Estoy empezando una nueva etapa y quizá a muchos les parezca inmadurez “tanta viajadera y nada que sienta cabeza”. Pero es de estas experiencias que me he dado cuenta que puedo mantener mas a menudo una sonrisa en mi vida, y prefiero seguir haciendo muchas mas cosas por primera vez el resto de mi vida, que sentirme estancado y sin opciones (eso lo escribo ahora y no se si lo vaya a mantener en un futuro). Estoy muy contento y me doy cuenta que este mundo es muy pequeño, pues puede uno estar en el otro extremo del mundo de un día para otro, pero que está lleno de pequeñas y grandes sorpresas en lugares inesperados, y que precisamente hay que salir a recorrer el mundo para darse la oportunidad de encontrarlas y disfrutarlas.

Comparto mi oficina con 2 brasileros, otra colombiana, 3 ingleses (dos de ascendencia India y un Mauritano). El ambiente es muy bueno, y me gusta mucho la forma de trabajar, pues no es el típico empleo donde tiene uno al jefe persiguiéndolo, sino se tiene libertad de iniciativa y es uno responsable de su trabajo y sus resultados. No hay una jerarquía muy marcada y cualquiera de nosotros lava loza o prepara el café para los demás. Ya he tomado mas práctica con los programas y también he ido encontrando formas de optimizar mi trabajo y espero que el de los demás. Estuve en una capacitación de Pay per Click muy buena y estamos a la espera de otra en publicidad en redes sociales.

Ver que hay oportunidades de crecimiento personal, de poder proponer y ser tenido en cuenta, mantener un ambiente multicultural e internacional, hace que me sienta muy a gusto en lo que estoy haciendo.

No creo que vaya a escribir muy a menudo, pues trabajo en el portátil casi todo el día y no es que me queden muchas ganas de salir a conectarme a otra pantalla. Igual dentro de poco me mudo  y seguro habrá cosas para contar, pues mantengo muy buenos recuerdos del apartamento en Riga y estoy seguro que no será distinto esta vez.


A los que me piden reportes, se les solicita reciprocidad de acción.