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miércoles, 16 de octubre de 2013

En búsqueda de la tranquilidad

Todo el mundo queremos la paz, la tranquilidad. Los indígenas no hablamos de felicidad, la felicidad dura poquito, pero el estar tranquilo es duradero, esperamos que nos ayudemos a estar tranquilos, en paz con lo que tenemos” Jeremías Torres líder arhuaco.

Hace 3 años que decidí migrar, hace 3 años que sucedió Un día que cambió mi vida. Después de 3 años decido volver a contemplar nuevamente ese soliloquio desde la distancia y continuando en ese empeño de no tener que volver a Colombia, no por ahora.

Para comenzar, un recuento breve de cómo llegué a Londres y una confesión postergada.


Desde el 2002 trabajé 1 o 2 fines de semana al año en unas ferias educativas gracias a un convenio que hizo un gran amigo en ese entonces. En una de esas ferias que se llevó a cabo a finales de Octubre, principios de Noviembre, estaba hablando con los organizadores de la feria que estábamos haciendo en Bogotá y me preguntaron cómo iba mi negocio. Les conté lo que había sucedido y que estaba empeñado en migrar, muy probablemente a Letonia que era donde tenía contactos y ya estaba adelantando planes.

Casi un mes después uno de ellos me llamó y me dijo que si quería me fuera a trabajar a la oficina en Londres y que me esperaba lo antes posible. Logré viajar en Marzo de 2011, pero el problema radicaba en la viabilidad de poder tramitar una visa de trabajo. Para no extenderme en detalles, hicieron un acuerdo con una escuela de negocios en donde podía hacer un MBA, ya que era más sencilla la vía de estudiante de maestría para este propósito.

¿El detalle? No terminé mi pregrado; pero por fortuna en Reino Unido puedes hacer una maestría si logras demostrar experiencia laboral relevante que pueda ser equivalente a un título profesional.

Con esto regresé a Colombia a alistar la documentación para el visado de estudiante, y finalmente en Febrero de 2011 llegué a Londres a iniciar mis estudios. Al terminar mi maestría pude tramitar el permiso de residencia por 3 años para seguir trabajando con ellos y en esas ando.

No he logrado migrar del todo, pero he dado un paso importante. Tengo 3 años más de tranquilidad.


Colombia 1

Esperando por la visa de estudiante me llamaron por mi denuncio para que me acercara a la URI de Paloquemao donde lo había radicado. Me alegré porque demostraba que tomarse el trabajo de poner un denuncio si sirve de algo.

Al llegar a la URI, me atendió una funcionaria que me preguntó si tenía nueva evidencia que presentar acerca del asalto. Estupefacto por la pregunta, murmuré que no, que no sabía nada nuevo; ante lo cual me dijo que por favor firmara un nuevo documento aceptando que no había nueva evidencia y dar por cerrado el caso.

No sé si he visto muchos programas gringos en donde es la policía la encargada de encontrar nueva evidencia sobre los casos y no la víctima, pero de nuevo el sinsabor de la frustración, la impotencia y el sentirme defraudado por un sistema que no protege sus ciudadanos de bien volvió a inundarme.

Colombia 2

Por razones familiares tuve que volver a pesar mío en Abril de 2013. Volví a la casa en donde me asaltaron. Fueron 10 días de paranoia y stress con los que no me permití disfrutar lo suficiente el poder estar reunido con toda mi familia nuevamente y ver a mis amigos.

Andar asomándome a las ventanas buscando adelantarme a los asaltantes… ahora que lo pienso no te asomas a la ventana  por constatar que todo sigue bien para tranquilidad tuya, sino para seguir alimentando esa paranoia a medida que pasa el tiempo y las probabilidades aumentan. Que no estén ahí no implica que no vayan a venir; y cada noche escondo mi pasaporte y objetos de valor antes de caer en un sueño ligero que se desvanece al menor ruido y que me lleva a la ventana nuevamente.

¿Cuál ha sido el costo?

Principalmente soledad y desapego. He conocido una gran cantidad de personas increíbles desde que llegué, pero la gran diferencia entre esta experiencia y la experiencia en Letonia, es que esta vez no soy yo el que se va, sino el que asiste a todas las despedidas. Bien lo dijo mi excompañero de colegio, empiezas a dejar de emocionarte cuando te dicen que un conocido de alguien viene a Reino Unido a estudiar, y prefieres evitarte gastar tus energías en crear lazos con alguien que solo vas a ver unos cuantos meses. Otros se quedan, o ya estaban, pero las vidas continúan y las distancias en la misma ciudad te alejan. Por fortuna no son todos.


Era consciente del sacrificio de nivel de vida, pero jamás imaginé el efecto devastador que iba a tener el escuchar a mi mamá después de una operación de apendicitis, con una voz apagada y cansina. Skype ayuda, pero igual no estás ahí. Una pantalla no es capaz de suplir la calidez humana, no hay imagen, texto o sonido que se equipare a un abrazo.


El viernes pasado Colombia clasificó al mundial. ¿Resultado del partido? Chile 3 – Colombia: 3 goles, 5 muertos, 2000 riñas, 750 vehículos inmovilizados de los cuales 106 fueron Bogotá por sus conductores en estado de embriaguez. No soy fanático del fútbol, pero por más que trate no creo que nada justifique ese resultado.

He caminado a las 2am por el centro de Londres imprudentemente con una Tablet en la mano para tratar de ubicarme con un mapa. Lo mencioné antes, son probabilidades; di papaya, he seguido dando papaya y no me la han partido. Me siento tranquilo.

En 2010 escribí:

¿Cuál creo que es el propósito en mi vida? Procurar mejorar como ser humano cada día y vivir tranquilo. Tranquilo con sus momentos tristes y felices. No será una fiesta interminable. No quiero ser millonario ni quiero no serlo (lo que logre). Quiero vivir tranquilo

Sigo creyendo lo mismo, y por eso encontrar la frase del líder arhuaco con el que inicié este artículo me hace pensar que voy en la dirección apropiada.  Hace 3 años empecé a perseguir un objetivo desencadenado por un momento bastante emocional y veo que en buena parte de las decisiones humanas no es la razón la que nos mueve sino la que nos justifica.




Bonus track:

Una de mis canciones favoritas que asocio con tranquilidad.